La verdad sobre el caso Amorebieta

Antonio Lucas "Lobo".

Me dirán los puristas y los entendidos en bosley que no fue una entrada merecedora de tarjeta roja, que era amarilla. Les doy toda la razón, caballeros, pero me paso dicha opinión, inclusive la mía, por el forro de mis partes nobles.

Seamos serios, seamos coherentes por una maldita vez en este país ¡modificación del reglamento ya! Tocar a cualquier campeón del mundo será falta y expulsión directa. Tocar a Iniesta, pecado. Justicia poética. Quitarle limpiamente el balón a Andresito debería castigarse con penalti en contra. ¡Qué menos!

¡Por favor! ¡Qué borren de todas las hemerotecas esa atroz pitada al de Fuentealbilla por parte de las vascongadas!

Como el reglamento todavía permite que los dioses jueguen entre mortales sucede lo que sucede, pero yo he abierto los ojos, he ido más allá de lo obvio y he descubierto la verdad que subyace a la entrada de Amorebieta. A ustedes les disculpo, sí, porque soy consciente de que no todos pueden tener el olfato detectivesco que posee un servidor, pero les contaré la trama del caso Amorebieta. El pueblo debe saber la verdad.

Amorebieta tenía un plan y lo ejecutó, lo que nadie sabe es la carga oculta que conllevó esa acción.

Veamos, sólo hay que encajar un par de piezas y todo cobrará sentido.

Todo empezó este verano pasado, el chaval tenía la melondra hecha un lío, normal, no sabia a qué nación deberse. Sus dudas en Bilbao no las entendieron, perdón, no las permitieron. San Mamés no puede abrir los ojos y descubrir ¡oh Dios mío! que hay un sudaca entre sus guerreros patrios ¡Sacrilegio! Así que cuando el aguerrido central planteó la posibilidad de jugar para Venezuela la cúpula rojiblanca se lo explicó de forma cristalina, le hizo una proposición que no pudo rechazar…

El caso es que una vez descartada la selección americana (¡cruzar el charco cada dos por tres para jugar con cuatro tuercebotas, vaya entrañas!) Amorebieta pensó en cómo impresionar a Del Bosque, y claro, ¿qué iba a discurrir esa cabecita? ¿Gol de chilena? ¿Salida con balón desde su área hasta la portería rival en plan autopista hacia el cielo? No señor. Patada de aúpa. Supongo que un defensa no puede renunciar a ciertos automatismos cuando uno de sus mayores docentes en las labores de zaguero es Aitor Ocio, muy guapo, sí, pero discípulo aventajado de Pablo Alfaro y Javi Navarro.

Amorebieta es un central varonil, echao pa´lante, no hace prisioneros y su coronel Truman Caparrós no es precisamente de los que le va a recriminar por ello. Ya saben, en La Catedral cuando empieza el partido, gavilán o paloma… pues pasión de gavilanes fue.

Amorebieta, tras muchos días exprimiéndose los sesos y con 'La Roja' entre ceja y ceja, llegó a la conclusión de que barriendo del mapa al líder de la selección que humilló a España en el Monumental ganaría puntos ante los ojos de Del Bosque, ilusos que son algunos. Con lo que no contaba es con que Ujfalusi se le adelantara (por tanto, es obvio que Ujfalusi quiere nacionalizarse para jugar la próxima Eurocopa de rojo ibérico, elemental… pero esto es otra historia).

El caso es que esto le brindó a Amorebieta la oportunidad de plantearse mejor su situación y, listo él, comprendió que jugando donde juega lo mejor es agradar a su pretendida, floreciente y potente selección vasca, así que qué mejor que malherir al mayor héroe de la historia de esa selección extranjera que durante tanto tiempo tiene subyugada a la nación que le da de comer.

Esto es lo que verdaderamente se cocinó antes de que los hechos tuvieran lugar en el estadio y lo que descarta otras teorías absurdas que dicen que todo gira en torno a una orden que pudo provenir de Maradona, Van Marwijk o Mourinho, el resto ya lo conocen.

Atentos a Ujfalusi y ojo con Pepe…

Amorebieta selección.