Desde niño siempre me han fascinado las historias de superación. El bebé abandonado en un convento que llega un día a presidir una multinacional, el prisionero de Auschwitz convertido en juez de la Corte Constitucional o el negro de Honolulu que alcanza el trono de la Casa Blanca.
El deporte está lleno de historias de superación y quizá sea eso lo que más me atraiga de él. Cuentan el caso de un ciclista texano que ganó seis Tour de Francia tras levantarse un día con el testículo del tamaño de una naranja. Se lee la historia de Albiol, el joven que superó un grave accidente para levantar la Copa del Mundo, o la mala vida de Luisito Suárez, el chico al que abandonó su padre muy pronto, que conoció el hambre y se dio a la bebida hasta que decidió cambiar de vida para entregarse al fútbol. Cuentan el caso de Maicon, el niño enclenque rechazado por su físico, que perdió a su hermano en un atropello fatal y después sufrió un trauma que le bloqueó las piernas.
Las historias colectivas de superación son menos comunes pero igualmente maravillosas. Leyendo crónicas periodísticas de un partido histórico adivino una que debió contarse: la historia de un equipo deshecho que llegó a marcar una época, la del Fútbol Club Barcelona de los seis títulos y el 5-0 que firmó Picasso.
El Barça de Guardiola es un equipo hecho a sí mismo que soñó con parecerse al Brasil de los '70 y a la 'Naranja Mecánica'. Los altares del fútbol acogieron a un grupo humilde que luchó unido por ser el mejor, el mejor de siempre, de todos los tiempos, con la misma ansia que Maradona por salir de Villa Fiorito. Su historia colectiva de superación es la de todos y la de cada uno de ellos. La del Pep recogepelotas, por supuesto la de Pep; la del Valdés adolescente que odiaba la portería; la del francés Eric Abidal, que jamás en su carrera anotó un gol; la del Carles Puyol de 15 años que entrenaba solo a las siete de la mañana en la pista de su pueblo; la del imberbe Xavi que todos los días tomaba el metro camino del Mini Estadi; la de los jugadores de Tercera Pedro y Busquets; la del Messi al que hubo que inyectarle hormonas del crecimiento; la de Piqué, Alves, Villa, Milito… Es la historia de superación de un equipo que dejó huella.
De un equipo que vivimos y que contaremos que vivimos.
Inmenso...Força Barça!!
Más que superación (muchas deportistas de élite viven penurias para llegar a lo más alto) me quedaría con la capacidad de jugadores y cuerpo técnico del Barça en conseguir hacer el mejor fútbol jamás visto... al menos del fútbol moderno.
Se habla siempre del mismo Dream Team culé, la Quinta del Buitre, el Milan de Sacchi, la Naranja Mecánica de Cruyff o el Brasil de los 70 entre otros pero creo que estos locos bajitos comandados por Messi, Xavi e Iniesta están marcando una época aún más gloriosa difícil de repetir.
Porque esto pasará, acabará tarde o temprano, pero mientras no cabe duda que hay que seguir disfrutando de estos jugadores, sean cuales sean tus colores. Además, intentar desbancar a un equipo tan tan magnífico seguro que sirve de motivación para los rivales.
El Barcelona será ejemplo de muchas cosas...pero la humildad la pierden en cosas como las de este desplazamiento...está media España desplazándose de norte a sur en bus y tren para jugar, y ellos hasta última hora esperando a que los controladores, la LFP,Osasuna o la RFEF le hicieran un favor...la categoría hay que demostrarla fuera de los terrenos también...
Una historia de superación? No creo que la historia del barça pueda clasificarse en este género tan poético y escéptico a la vez. Sí, este barça enamora, juega espectacularmente bien, vapulea a sus rivales, a sus eternos rivales, y para mas inri, todavía les quedan ganas de ganar.
Pero como era de suponer, siempre hay un pero. Este equipo es lo que es debido a una serie de circunstancias que han coincidido en un tiempo y en un espacio concretos. Es como un rompecabezas que ha encontrado todas sus piezas y juntos forman la estructura necesaria para que su imagen funcione. Ahí está la fuerza de su éxito. De no ser así no estaríamos viendo lo que vemos. Yo no diría que Messi es el mejor jugador del mundo, porque no lo sería fuera de este equipo. No diría que Xavi es Dios, por que fuera del estilo de juego del Barça y de la selección sería lo más parecido a Lo pelat. Y Iniesta, sin la protección que ofrece el tiqui taca, terminaría su carrera deportiva al más puro estilo Juan Carlos Valerón. Y una cosa lleva a la otra, podría seguir poniendo ejemplos relativos a la cantera, al entrenador...
No me entiendan mal, el Barça es un senyor equipo, pero como el Brasil de los 70, el Dream Team, el Milan de Sacchi, o la Quinta del Buitre, es fruto de un completo puzzle, donde algunas de sus piezas son intercambiables, pero otras no. Así que el éxito sucede porque tiene que suceder, para mi su triunfo se debe a la pura casualidad, no al esfuerzo ni el saber hacer de nadie.
Admiro más a equipos como el Español de Pochetino, el Villareal de Garrido o el Mallorca de Manzano.