Cuando en el partido de vuelta de los ¼ de final de Champions vi a Pepe de mediocentro, y en las jugadas defensivas situarse como libre, me recorrió por el cuerpo una sensación de excesiva extrañeza.
No tardé ni un minuto en pensar sobre la rareza de la situación: “Mou quiere jugar con Pepe de medio todos los partidos contra el Barça”. Y por desgracia así ha sido.
Rápidamente alguien ya puede tener el comentario en la cabeza: “El Madrid no hizo el ridículo y casi ganó”. Muy bien, sí, el Madrid sacó un empate y olvidó el bochorno del Camp Nou, ¿pero a qué precio?
La última vez que recuerdo al Madrid jugando con tres centrales (aunque bien es cierto que Pepe lo hace de medio) se remonta a la época de Vicente del Bosque y la octava. Hierro, Karanka e Iván Campo, o incluso, Fernando Sanz. Pero creo que es muy distinto. Pese a que la fórmula dio resultados, la imagen del Madrid quedó un poco en entredicho, y ni que decir tiene como ha quedado la imagen del Madrid con Ozil en el banquillo y en su lugar Pepe jugando a destruir.
Xavi tiene razón en sus declaraciones: “El Madrid solo ha jugado al pelotazo”.
Sinceramente, me avergüenzo de este Madrid y, sobre todo, de cómo Mou le está haciendo ser cada día más pequeño y acomplejado.
Habrá quien diga que lo importante es el resultado, que Iniesta y Xavi no jugaron bien, que el Madrid maniató al Barça… pero insisto, ¿a qué precio? Al de dar una imagen de equipo pequeño.
En la vida puede salir el Madrid, en condiciones normales, a jugar contra un equipo, me da lo mismo que sea el Barça o el Osasuna, con un trivote en el Bernabéu. Kaká, Cristiano, Di María, Ozil, Granero, Alonso, Lass... el Madrid tiene bastantes argumentos como para tener que jugar como jugó.
Soy de los que piensa firmemente que en el deporte el 50% del éxito llega de la psicología. Pues bien, el mensaje que lanza Mou con su forma de jugar es muy claro: somos un equipo pequeño que juega bien cerradito atrás y saliendo a la contra. Así mal vamos, entre otras cosas porque sales perdiendo 1-0 al campo, y si el Barça es ya de por si un rival terrible, si muestras síntomas de flaqueza desde la bocana de vestuarios… mal, muy mal vamos.