Aquellos intensos domingos de fútbol

2 comentarios
 
Borja Fernández.
Me gustaría empezar hablando del Getafe. Ayer tuve la oportunidad de asistir al Coliséum Alfonso Pérez, donde presencié la derrota de los pupilos de Míchel ante un buen Málaga que promete dar sorpresas este año; me quedo con la velocidad de sus puntas y sus rápidos contragolpes.

Últimamente se habla mucho de la frialdad de la afición del Getafe pero es que el juego del equipo no termina de enamorar… y los precios de los partidos no acompañan tampoco, sobre todo en Europa League. Creo que Ángel Torres debería tomar medidas para intentar llenar el estadio, aunque me da la impresión que ha dado la batalla por perdida.

Esta jornada atípica de jueves se cerró a última hora del día con el empate entre el Sevilla y el Racing. Si repasamos el calendario de esta semana, hemos tenido fútbol todos los días porque hoy viernes ya tenemos un atractivo Xerez-Tenerife de la Liga Adelante. Mañana, como cada sábado, tendremos varios partidos distribuidos en diferentes franjas horarias. Y el domingo igual, sin olvidar el partido de Liga BBVA del lunes.

Es evidente que para los aficionados al fútbol, los fines de semana se nos hacen más llevaderos si cabe con esta amplia oferta horaria futbolera pero no es extraño llegar a perder la noción del tiempo y de los partidos de la jornada con tanto horario diferente.

Hace unos años, cuando los derechos de las televisiones y el ‘pay per view’ como lo conocemos ahora no existía, la situación era bien diferente. La jornada se dividía en dos días, el partido de las autonómicas el sábado, normalmente el partido de un “grande”, y el resto de la jornada se disputaba el domingo, donde todos los partidos se jugaban a la misma hora, normalmente a las 17.00 horas, salvo el partido del Canal Plus.

Aquellas tardes de domingo eran tardes de transistores, de goles, de constantes emociones y novedades. La jornada prácticamente al completo se concentraba en dos horas de puro fútbol.

No digo que la emoción futbolera se haya perdido en la actualidad, pero tanta diversidad de horarios, a un servidor le genera cierto desasosiego. Es cierto que tenemos la posibilidad de ver en directo un mayor número de partidos a lo largo del fin de semana pero el seguimiento de la jornada se ha vuelto más frío, menos intenso, en definitiva, menos futbolero tradicionalmente hablando.

La sintonía anunciando los goles de los partidos en las radios no son tan habituales, pues sólo los domingos coinciden unos cuantos partidos a la vez. Éstas han cambiado por programas más largos, donde casi siempre hay que esperar para conocer el resultado del equipo rival que más nos interese.

El panorama no tiene visos de cambiar, y más cuando se estudia la posibilidad de modificar los horarios de los partidos de algunos equipos para que otros continentes puedan verlos en directo. Como gran aficionado al fútbol seguiré viviendo con intensidad cada jornada liguera pero en ocasiones añoro la forma de vivir el fútbol de antaño.

2 Responses so far.

  1. Raúl M. says:

    Totalmente de acuerdo con la jornada de los fienes de semana.

    Sobre todo, me di cuenta el pasado fin de semana. Volviendo en coche del pueblo el domingo por la tarde, había solo dos partidos !!!!!

    Una ruina !!

    Sobre el Geta... ufff, lo de su estadio y el ambiente... es muy difícil ser un equipo de Madrid y bajo la sombra de los dos grandes.

    Es como si el Vic o el Badalona, o una cosa así, llegará a 1ª

  2. Borja says:

    Sí, eso es justo lo que sucede. Pones la radio y sólo el domingo coinciden tres o cuatro partidos de Liga BBVA, es algo triste.

    Con lo emocionante que se vive la Liga en las últimas jornada, cuando hacen coincidir los partidos de rivales directos! Todos atentos a las novedades en los otros campos...

    Sobre el Getafe, bastante tiene con estar donde está. Es un equipo humilde, igual que su afición, que ha hecho un trabajo increíblemente bueno en estos años. Como aficionado del equipo espero que este año no suframos tanto como me estoy temiendo y que nos llevemos muchas alegrías!

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